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Las lluvias en África son muy escasas durante todo el año y la sequía ocupa gran parte de este. El cambio climático impacta duramente sobre el continente cuando muchos de sus ríos y lagos desde donde los ciudadanos pueden obtener el agua desaparecen.
Y es que en las zonas rurales de África dos de cada tres personas no tiene acceso a agua potable. En los países desarrollados podemos disfrutar de todo el agua que queramos tan sólo abriendo el grifo, sin embargo; en todo el mundo las mujeres invierten 200 millones de horas al día en recoger agua.
Estas fuentes de agua existen, pero están altamente contaminadas y su consumo desencadena varias enfermedades contagiosas muy graves.
La deshidratación, la mortalidad infantil, las diarreas, la disentería, el cólera… muchas enfermedades que acaban con las vidas de millones de personas cada año se forman a causa del mal uso que le estamos dando al agua en la elaboración de productos y otras muchas actividades que llevamos a cabo desconociendo sus repercusiones que conllevan a miles de kilómetros de distancia.
La falta de infraestructura y las sequías afectan inevitablemente el desarrollo de África y causa directamente la muerte de muchas personas y hambrunas.
Lee nuestro artículo sobre las enfermedades relacionadas con el agua.
Para obtener alimento, se necesitan cantidades de agua desbordantes para conseguir una agricultura continuada para la población, pero la escasez de lluvia hace imposible cultivar. Los gobiernos importan productos para poder abastecer hasta cierta medida a una parte de la población, lamentablemente estos recursos no llegan a todas las personas. Y a medida que la deuda externa incrementa, la calidad de vida, la seguridad alimentaria y otras muchas necesidades están en juego.
Garantizar que todos tenemos acceso a estos derechos y en condiciones óptimas es fundamental. La escasez de agua es un obstáculo global y real para todos, cuando no hay suficientes recursos para satisfacer las necesidades en un presente o en un futuro próximo.
Más de 1200 millones de personas sufren las consecuencias de la escasez de agua, y este número cada vez irá aumentando. No somos conscientes de la desmesurada cantidad de agua que contaminamos a través de múltiples actividades humanas.
La Tierra nos ha reservado únicamente un 1% de toda su agua, el otro 2% de agua dulce en el planeta se encuentra helada y, por lo tanto, no podemos abastecernos de ella
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